Iglesia Bíblica Torre Fuerte

Mantenernos Firmes o Caer Rotundamente.

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Cuantas veces hemos escuchado la frase “Yo puedo dejar esto en el momento que quiera”, si esto fuera verdad ¿por qué hay tantas vidas destruidas, hogares, hijos y un concepto equivocado hacia el pecado?. Una mente curiosa ante material comprometedor nos puede llevar a un caos terrible.

Analicemos un ejemplo de un esposo con un buen matrimonio, un buen trabajo y popularidad entre sus conocidos. Pero un día todo eso se acabó.

Muchas noches él navegaba en internet, primero en busca de cotizaciones de la bolsa de valores; también buscaba pasajes aéreos rebajados y los últimos resultados de encuentros deportivos, especialmente los de su universidad. En eso estaba cuando accidentalmente fue a dar con un sitio pornográfico. Se quedó boquiabierto. Las imágenes eran fascinantes. Cuerpos que se tocaban. Muy íntimos y muy personales. Todo a vivo color. Oyó a su esposa en el pasillo así que, con un clic, volvió al sitio de noticias. Varios días después, mientras verificaba si tenía correspondencia, trató de encontrar el sitio insistentemente. ¿Dónde estaba? Finalmente se dio por vencido y se fue a la cama.

Pero las imágenes flotaban en su mente durante esos minutos soñolientos antes de quedarse dormido, y la noche siguiente volvió a buscar el sitio. Esta vez lo encontró. Un sitio lo llevó a otro sitio y luego a otro. Era fácil… y quería más. Pronto se encontró en un lugar de “charla electrónica”. Se quedó allí, mayormente “escuchando”, aprendiendo el protocolo y las reglas. La cuestión era que no había reglas. El protocolo era “charlar” lo más indecentemente posible. Se preguntó si él podría hacerlo. Esperó y finalmente probó. Esto también era fácil. Nadie lo conocía. Con su traje y corbata en el trabajo— ¡y por cierto en el templo!—- nadie creería que pudiera escribir cosas tan repugnantes. Pero en cuestión de minutos podía “experimentar” más cosas con la imaginación, a través de sus nuevos amigos en le sitio de “charla” empezaron a entremezclarse.

Cierto día, cuando una mujer escribió un mensaje sugiriendo que se encontraran, él le contesto afirmativamente.

Mi amigo era creyente. Se “freno” durante algunos meses, visitando ocasionalmente el lugar de “charla electrónica”, recorriendo los sitios, luego volviendo al correo electrónico o los resultados deportivos cuando se acercaba su esposa o hijo o hija. Era fácil… demasiado fácil.

Notaba que a veces su esposa estaba de mal humor; pero si ella lo encontraba ocupado con la computadora en la noche, no decía nada. “No me alcanza el tiempo en el trabajo”, comentaba él. Ella parecía aceptar su excusa. Las imágenes, las palabras y las ideas le venían a la mente en el trabajo. Empezaba a perder la concentración así ocasionalmente interrumpía los proyectos de su trabajo para una visita rápida a un sitio pornográfico en Internet. Al principio, un minuto o dos bastaban. Mantenía sus deseos bajo control, especialmente cuando estaba teniendo un día estresante. Pero cuando más escabrosa la visita, menos satisfecho se sentía. Quería “hablar”. Buscaba un sitio de “charla” y compartía sus verdaderos pensamientos.

Cierta día le llegó en la pantalla otro mensaje diciendo “encontrémonos”. Esta vez accedió y tuvo el encuentro. En cuanto salió del motel, supo que  con una vez bastaba. Nunca volvería. Era repugnante, y necesitaba darse un buen baño. Estoy loco, es lo que pensó.

Pasaron semanas antes de que volviera a buscar un sitio más radical que el estado del tiempo. Pero un día volvió a caer. Más pornografía de la peor, más charlas con adictos a la pornografía. El segundo encuentro terminó en un aventura amorosa.

Está historia y muchas más así empiezan, pero lo efectos son tan devastadores que cuando se quiere salir es muy difícil. Muchos quieren justificar sus acciones y se encuentran ante estos pensamientos:

1.- Yo puedo manejar esto; no dejaré que se salga de mi control. (¿Ah, sí? ¿Puede jugar con una serpiente cobra sin que le muerda?).

2.- Dios quiere que yo sea feliz. (Hum… yo creía que el Manual del propietario decía que Dios quiere que seamos santos).

3.- No quiero que nadie salga lastimado. (¡Últimas noticias! No existe la aventura amorosa en que nadie salga lastimado).

4.- Lo que pasa es que usted no comprende mi situación. (¡Sí, claro… usted es único!) Supongo que ya se va dando cuenta de que no acepto las mentiras.

Exploremos únicamente la última, poniéndole carne con palabras que oigo con frecuencia. “Es que usted no comprende mi situación. Lo que me pasa a mi es distinto. ¡Sí usted tuviera que lidiar con mi cónyuge, me comprendería! No se imagina bajo cuánta presión me encuentro. Tengo que conseguir alivio. Ya no siento el amor como antes. Esta otra persona realmente me comprende”.

Oigo todo el tiempo estas excusas, y me parece que cada vez con más frecuencia. (El caso que describí las usó todas). A medida que la infidelidad se hace más común, veo qué fácil es caer en la trampa.

Así que, naturalmente, estoy preocupado. Veo no solo al mundo que se hunde, sino también al pueblo de Dios, pastores, misioneros, capellanes y líderes comprometidos en extender el evangelio, ellos mismos siendo atacados con demasiada frecuencia por los peligros mortíferos que amenazan debajo de la superficie.

Estoy convencido de que hay una manera de salir de este desastre… y, lo que se aún mejor, hay una manera de mantener trabada la puerta, una manera de mantener intacto el compromiso matrimonial.

Debemos honrar nuestro matrimonio como la institución hecho por Dios, para satisfacer nuestras necesidades, no fuera de ella. Mientras no tengas un alto concepto del matrimonio como ve Dios y que aceptes como la provisión perfecta de Dios, donde sometidos los dos como marido y mujer glorificamos a Dios, y apliquemos todo lo que nos dejo por hacer en su Palabra para tener matrimonios sólidos.

La mayoría de nosotros nunca nos preguntamos que fundamentos nos dejo el Señor para vencer: Tal vez digas soy el único que pasa por todo esto, eso se llama justificación.

Te invito a que analices 1 Corintios 10:13, donde Dios desarma todo argumento que para ti pueda ser muy valido.

“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana (que otra persona no este pasando, así que no eres el único); pero fiel es Dios (la intervención de Dios siempre se hace presente, así que no hay excusas), que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, (Él sabe lo que te pasa=, sino que dará también juntamente con la tentación la salida,( siempre Dios da una salida, aquí viene tu decisión te quedas o te vas), para que podáis soportar”.

Si descuidas tu vida de dependencia de Dios, oración. lectura de su Palabra, tiempo a solas con Él, será muy fácil que te encuentres en estas situaciones.

Así que tu decides si vale la pena destruir tu matrimonio, tu vida, tu trabajo por algo superficial y pasajero. Busca la presencia de Dios, busca ayuda inmediatamente no dejes que esta situación se salga de control de tal manera que no puedas parar el Tsnami de pecado que te traerá consecuencias terribles.

Dios bendiga tu vida mi deseo es que cada uno de nosotros entendamos que Dios desea vivas en plenitud, no en derrota.

Con amor en Cristo

 

 

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