Iglesia Bíblica Torre Fuerte

Una vida falsa

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Hemos entrado en una etapa donde a la mayoría de los jóvenes les atrae la popularidad, ser reconocidos, ser famosos, ser alguien en la vida. Esto es normal e incluso esta etapa no pasa hasta ya una edad más adulta. Pero, las implicaciones son enormes. La pertenencia a un grupo es esencial para el desarrollo de toda persona, y en los jóvenes no pasa desapercibido. Aun así, uno experimenta con varios círculos de amistad hasta encontrar el idóneo y adecuado, ese lugar donde realmente te sientes como parte y no solo uno más del montón.

El experimentar en ciertos grupos de personas antes de ser aceptados es algo que ocurre de forma natural y aunque es doloroso en algunas ocasiones, al terminar el proceso se consigue lo esperado: el ser parte de una micro-sociedad. Lo difícil en este proceso es el ser aceptado tal y como uno es. La situación por este afán puede ocasionar consecuencias de desagrado para ti mismo; ya que, en muchas ocasiones se persigue un comportamiento erróneo y se imita el mismo de las personas a las cueles se quiere pertenecer con el fin de agradarles y ser aceptado. Esta imitación no siempre es positiva y es mal vista por ser un poco irreverente.

aceptacionEl tratar de ser aceptado y pertenecer a una micro-sociedad no es malo. Lo malo es cuando se olvida la esencia de ser uno mismo. Cuando te comportas de forma diferente, cuando haces lo que desapruebas, cuando tus acciones no demuestras la clase de persona que realmente eres, cuando tu proceder no le da la gloria y la honra a Dios está mal, esta es errónea. Ponte a pensar, has estado buscando esa pertenencia a un grupo, pero recuerda que ya le perteneces a Dios. El profeta Daniel lo sabía y por lo mismo no quiso imitar a un grupo para ser aceptado (Daniel 1). Él quiso continuar agradándole a Dios en primer lugar; y esto le agrado, por lo que bendijo a Dios y le hizo pertenecer a la sociedad no solo como un miembro más, sino como una de las personas más importantes del imperio (Daniel 2:48-49).

Ahora, no te voy a decir que es fácil seguir a Dios y permanecer en Él. Pero para Daniel tampoco fue sencillo. Sin embrago, el seguirle produce bendición y beneficios a largo plazo. Analiza bien tu decisión y acciones a tomar. Puedes pertenecer a ese grupo de gente popular y maravillosa ¿Pero a costa de qué? Y el beneficio es temporal. Una vez que pase de moda y que se pierda el gusto por hacer lo mismo todo lo días, te darás cuenta que desperdiciaste tu energía y esfuerzo. Pero, como lo hizo Daniel, esfuérzate en agradar a Dios y veraz que no solo formaras parte del grupo de populares, serás la influencia en ese grupo y en todo lo que hagas veras la mano de Dios a tu lado. Decide ¿vale o no pena?

¡No seas falso y agrada a Dios!

RamonAltamirano-blog

 

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