Un Camino de Productividad
Posted on 13 August, 2016 by Caleb León No comments
Juan 15:1-17
Los capítulos 15 y 16 contienen el segundo discurso de despedida. En el 15 están los temas del fruto que hay que llevar y del odio del mundo hacia los discípulos de Cristo. Este tema de la persecución continúa en el capítulo 16, juntamente con la enseñanza acerca del ministerio del Espíritu Santo.
Jesucristo es la “vid verdadera” (genuina, no engañosa) y fue plantada por el “agricultor” que es el Padre. Esto sucedió cuando Jesús se hizo hombre y habitó entre nosotros. (Juan 1:14; 1 Corintios 3:6-9)
La vid es una planta que tiende a extenderse, así como Dios desea que Su Iglesia se expanda a todos los confines de la tierra. Él es la vid genuina, que no engaña y todo el que a Él se allega quedará satisfecho. Nosotros somos los pámpanos y el “agricultor” espera que llevemos “fruto” (v.2), “mas fruto” (v.2) y “mucho fruto” (v.5) Aquí no hay lugar para el estancamiento, más bien debemos brillar ante las naciones llevando el mensaje de salvación hasta lo postrero de la tierra como fue encomendado a Israel. (Isa. 49:6)
En 1 Corintios 15:58 Dios nos exhorta a estar “firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. El Señor Jesús recalcó que la obligación que se nos impone es “permanecer en Él”, esto es, sin que haya variación; ya que sin ello, no podemos llevar fruto (v. 5 y 6). Sin la gracia de Cristo el ser humano no solo no puede hacer nada, sino que no es nada.
“Permanecer” es un compromiso y una promesa para ser fructífero. Recuerde que nosotros no lo encontramos ni lo elegimos a Él, sino que “Él nos eligió a nosotros y nos ha puesto para que vayamos y llevemos fruto y que nuestro fruto permanezca.”
